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Enfermedades que impiden subir escaleras, ¿tienes alguna?

Contenidos del artículo:

Subir escaleras puede parecer algo cotidiano para muchas personas, pero para otras, representa un verdadero desafío. Existen diversas enfermedades que impiden subir escaleras, afectan la movilidad, el equilibrio y la resistencia física. Si sientes fatiga al subir cuestas y escaleras, te falta el aire o experimentas dolor en las piernas, podrías estar enfrentando uno de estas afecciones.

¿A qué edad empiezan las dificultades para subir escaleras?

No hay una edad exacta a la que las personas comienzan a experimentar problemas para subir escaleras, ya que esto depende de diversos factores como el estado físico, la presencia de enfermedades y el estilo de vida. Sin embargo, en general:

  • Algunas personas pueden notar los primeros signos de poca fuerza en las piernas para subir escaleras a partir de los 40-50 años
  • A partir de los 60 años, es común sentir fatiga al subir cuestas y escaleras, especialmente en personas sedentarias o con problemas de circulación.
  • Las dificultades suelen ser más evidentes, con falta de equilibrio al subir y bajar escaleras s partir de los 70 años

Estos problemas pueden empeorar con el tiempo, afectando la independencia de la persona y su calidad de vida.

Edad a la que empieza a costar subir escaleras

Los 6 problemas más comunes al subir escaleras

Hay muchas razones por las que una persona puede tener dificultades al subir escaleras. Estas son las más comunes:

1. Falta de aire al subir escaleras y cansancio

Sentir que te ahogas o te falta el aire al subir escaleras es una situación común y puede estar relacionada con múltiples factores:

  • Problemas respiratorios: Condiciones como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la fibrosis pulmonar pueden reducir la capacidad pulmonar, dificultando la oxigenación durante el esfuerzo.
  • Enfermedades cardiovasculares: La insuficiencia cardíaca o la hipertensión pueden hacer que el corazón no bombee suficiente oxígeno a los músculos, provocando agotamiento rápido.
  • Sedentarismo y falta de ejercicio: Un estilo de vida inactivo reduce la resistencia física, haciendo que tareas como subir escaleras se vuelvan más difíciles y agotadoras.

Si sientes fatiga al subir cuestas y escaleras, y has tenido que preguntarte, ¿por qué me asfixio al subir una cuesta o una escalera?, podría ser señal de que necesitas evaluar tu salud pulmonar o cardiovascular con un especialista.

2. Dolores musculares y articulares al subir y bajar escaleras

El dolor en las rodillas o las piernas al subir escaleras puede deberse a una variedad de afecciones, como:

  • Artrosis: El desgaste del cartílago en las articulaciones genera fricción entre los huesos, causando dolor e inflamación, especialmente en rodillas y caderas.
  • Artritis reumatoide: Una enfermedad autoinmune que inflama las articulaciones y puede limitar la movilidad progresivamente.
  • Tendinitis y bursitis: La inflamación de los tendones o las bursas (pequeñas bolsas de líquido que amortiguan las articulaciones) provoca dolor al moverse.
  • Síndrome de la cintilla iliotibial: Frecuente en personas activas, causa dolor lateral en la rodilla al subir escaleras.

Si te preguntas a menudo, ¿por qué se me cansan las piernas al subir escaleras?, y/o experimentas dolor frecuente, es importante buscar una evaluación médica para detectar posibles lesiones o enfermedades articulares.

3. Debilidad en las extremidades inferiores

La poca fuerza en las piernas para subir escaleras puede estar relacionada con diferentes afecciones que afectan la musculatura y los nervios, por ejemplo:

  • Pérdida de masa muscular (sarcopenia): A medida que envejecemos, la pérdida de masa muscular es común y afecta la capacidad para realizar esfuerzos físicos como subir escaleras.
  • Enfermedades neuromusculares: Afecciones como la esclerosis múltiple o la distrofia muscular pueden debilitar las piernas y dificultar la movilidad.
  • Secuelas de accidentes cerebrovasculares (ICTUS): Después de un derrame cerebral, muchas personas sufren parálisis o debilidad en un lado del cuerpo, lo que afecta su capacidad para subir escaleras.
  • Deficiencia de vitamina D o problemas metabólicos: Un nivel bajo de vitamina D o trastornos metabólicos pueden reducir la fuerza muscular y la resistencia.

4. Mala circulación, rampas y calambres

Si sientes rampas, calambres o hinchazón en las piernas al subir escaleras, podrías estar sufriendo problemas de circulación sanguínea, como:

  • Insuficiencia venosa crónica: Las válvulas de las venas no funcionan correctamente, lo que causa acumulación de sangre en las piernas, provocando hinchazón y pesadez.
  • Trombosis venosa profunda (TVP): La formación de coágulos en las venas profundas puede bloquear el flujo sanguíneo y generar dolor intenso.
  • Diabetes: La diabetes puede afectar los nervios y la circulación, lo que provoca sensación de hormigueo y dificultad para moverse.
  • Síndrome de piernas inquietas: Un trastorno neurológico que genera una sensación incómoda en las piernas y la necesidad de moverlas constantemente.

5. Falta de equilibrio al subir y bajar escaleras

El equilibrio es fundamental para moverse con seguridad, especialmente al subir y bajar escaleras. La pérdida de estabilidad puede deberse a:

  • Trastornos vestibulares (del oído interno): El oído interno regula el equilibrio y, si se ve afectado por enfermedades como el vértigo o la enfermedad de Ménière, se pueden presentar mareos y desequilibrio.
  • Pérdida de fuerza muscular: La debilidad en las piernas y el tronco disminuye la capacidad de mantener la estabilidad.
  • Alteraciones neurológicas: Enfermedades como el Parkinson, la esclerosis múltiple o neuropatías periféricas pueden afectar la coordinación y el equilibrio.
  • Hipotensión ortostática: Un descenso repentino de la presión arterial al ponerse de pie puede provocar mareos y desmayos.

6. Movilidad reducida y accesibilidad

Las personas con movilidad reducida, ya sea por discapacidad, edad avanzada o enfermedades crónicas, suelen encontrar en las escaleras un obstáculo infranqueable. Entre las causas más frecuentes de movilidad reducida se encuentran:

  • Lesiones medulares o parálisis parcial o total: Personas que han sufrido accidentes o enfermedades que afectan la médula espinal pueden perder la capacidad de subir escaleras.
  • Amputaciones o prótesis: La falta de una extremidad o el uso de una prótesis puede dificultar la estabilidad y la capacidad de moverse con seguridad.
  • Obesidad severa: Un peso excesivo puede sobrecargar las articulaciones y hacer que subir escaleras sea extremadamente difícil.
  • Distrofias musculares: Enfermedades degenerativas que afectan la función muscular y reducen la movilidad progresivamente.
Bajas escaleras con movilidad reducida

Afortunadamente, existen soluciones de accesibilidad para mejorar la calidad de vida de las personas con movilidad reducida, como:

  • Sillas salvaescaleras: Ideales para personas con dificultades para caminar o con poca fuerza en las piernas.
  • Plataformas salvaescaleras: Pensadas para usuarios de sillas de ruedas o con problemas severos de movilidad.

Estos dispositivos permiten que las personas con movilidad reducida puedan desplazarse de manera segura y sin esfuerzo, mejorando su independencia y bienestar.

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